Por ello, disponer de espacios para atender a enfermos y familiares dentro de los llamados centros de respiro, permite a los unos ese respiro, en el que contar con unas horas de distanciamiento para rehacerse de una afección tan exigente en términos de emotividad y tiempo, y a los otros recibir adecuada atención por parte de profesionales que se encargan de desarrollar con los enfermos talleres de terapia ocupacional y “terapia cognitiva”. A lo largo de este año lectivo la Asociación Torrafal  ha brindado esa oportunidad a sus miembros en un programa que se ha realizado entre los meses de octubre y junio, inicialmente previsto en tres horas y que finalmente se amplió a una hora más, en el marco del convenio suscrito con el Consejo Municipal de Bienestar Social.

La fiesta de clausura de las actividades antes del verano, a la que acudieron los cuidadores principales, enfermos y personal de Torrafal consistió en un ágape frío, preparado por los enfermos integrados en este proyecto, todos ellos en fase moderada, que además se encargaron de confeccionar la decoración del recinto con cadenetas y guirnaldas.

Para la concejala de Bienestar Social, Esperanza Rozas, “esas cuatro horas diarias de lunes a viernes que todas las semanas se han venido realizando han servido para concienciarnos de la importancia que un proyecto como el centro de respiro de “Las Fronteras” tiene para quienes afrontan una enfermedad como el alzheimer”.