Los alumnos del colegio JABY de Torrejón de Ardoz han sumado su granito de arena en la lucha por erradicar el hambre en el mundo. Así, han participado en la Carrera contra el Hambre, organizada por la Fundación Acción contra el Hambre y que este año alcanza su vigésimo segunda edición. El alcalde, Ignacio Vázquez, ha acudido esta mañana a la Ciudad Deportiva Joaquín Blume para apoyar esta iniciativa que tiene por objetivo recaudar fondos para reducir y aportar soluciones a la desnutrición infantil en el mundo, que aunque hoy es diagnosticable, prevenible y tratable, acaba con la vida de unos 8.500 niños cada día. Para ello, los alumnos del colegio JABY han buscado un patrocinador que por cada vuelta recorrida, ha realizado una aportación económica a Acción contra el Hambre, alimentando así el reto de un mundo sin hambre.

Este año, más de 1.500 centros escolares de España y el resto del mundo han participado en este proyecto solidario en el que más de 400.000 jóvenes, entre ellos los alumnos del colegio JABY, han unido sus fuerzas para luchar contra el hambre. En este sentido, esta carrera solidaria sensibiliza a miles de alumnos en todo el mundo acerca del problema del hambre y de la desnutrición infantil en el mundo, movilizándoles para luchar contra esta realidad.

La participación tiene dos momentos clave: las jornadas previas de sensibilización en las que un representante de Acción contra el Hambre acude al centro para ofrecer charlas informativas al alumnado acerca del grave problema de la desnutrición. A partir de entonces, los alumnos pueden salir a buscar sus propios “patrocinadores”, es decir, personas de su entorno que se comprometan a aportar un pequeño donativo por cada vuelta que consigan dar en la carrera. De este modo, el día de la carrera, los fondos logrados son aportados no por el centro sino por los familiares y amigos de los chavales.

Acción contra el Hambre es una organización humanitaria internacional e independiente que combate la desnutrición infantil a la vez que garantiza agua y medios de vida seguros a las poblaciones más vulnerables. Intervienen en 50 países, apoyando a quince millones de personas anualmente. Su visión es un mundo sin desnutrición y su primer objetivo, devolver la dignidad a quienes hoy viven amenazados por el hambre.